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La fatiga ha sido definida como “la respuesta del cuerpo a la falta de sueño o al esfuerzo físico o mental prolongado”. Como tal, a medida que aumentan los periodos de sueño insuficiente o esfuerzo físico o mental, más fatigados estamos. Esta fatiga solo se puede reducir con descanso suficiente.

 Sin embargo, para los trabajadores empleados en horarios atípicos, como los de trabajos por turnos, de madrugada y de horario extendido, las oportunidades para descansar lo suficiente y recuperarse son limitadas.

La reducción o desorganización del sueño se asocia con fatiga y altera las regiones del cerebro con efectos en las funciones intelectuales a corto y largo plazo.

Esto puede afectar a la toma de decisiones, la atención y la concentración, lo cual puede tener impactos negativos importantes en el desempeño y la seguridad.

En algunos estudios se han mostrado similitudes entre el deterioro cognitivo y fisiológico como consecuencia de la privación de sueño, y el deterioro producido por el alcohol.

Dormir menos de 8 horas tiene el mismo efecto sedante que beber entre 10 y 11 cervezas; y estar despierto durante 17 horas consecutivas afectó al desempeño de la misma manera que un nivel de alcoholemia del 0.05 %.

La privación de sueño puede tener un efecto en la memoria a corto plazo y la velocidad de desempeño; y un número creciente de años de trabajo por turnos puede afectar al desempeño de la memoria y acelerar el envejecimiento del cerebro. Lamentablemente, el abandono de horarios de trabajo atípicos no garantiza necesariamente un retorno rápido al funcionamiento cognitivo normal. En estudios se ha indicado que puede llevar hasta 5 años recuperar gradualmente las funciones intelectuales normales

En una encuesta reciente se informó que el 43 % de los trabajadores en los Estados Unidos admiten que no duermen lo suficiente, de manera que esto incide en su capacidad para tomar decisiones esenciales en el trabajo10. Si bien 1 de cada 3 trabajadores en turnos diurnos normales indica que no duerme lo suficiente, la prevalencia del sueño insuficiente es más alta entre los que trabajan en turnos nocturnos: más del 60 % de los trabajadores en turnos nocturnos informan no dormir las 7 a 9 horas recomendadas por día. El sueño insuficiente y las consecuencias de la fatiga no solo ponen en peligro su seguridad, sino también la seguridad de sus colaboradores. La fatiga en el trabajo también puede tener un efecto público devastador, en especial en ocupaciones con consecuencias de riesgo alto. Esto se ilustra mejor en desastres muy conocidos como el accidente nuclear de Three Mile Island y el encallamiento del barco petrolero Exxon Valdez.

Pero la fatiga en el trabajo no permanece simplemente en el ámbito laboral.

Los efectos se pueden considerar de una manera más amplia como una preocupación de salud y seguridad públicas, por ejemplo, cuando trabajadores cansados conducen en carreteras públicas.

La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras estima que, en el 2017, la conducción vehicular en estado de somnolencia fue un factor en 91 000 choques automotores notificados a la policía, que produjeron aproximadamente 50 000 heridos y 800 muertos. Sin embargo, el consenso general es que esto es una subestimación del impacto de la conducción en estado de somnolencia, dado que no todos los choques se notifican a la policía y la fatiga puede ser un factor causal difícil de identificar.

El modelo Spillover-Crossover (desbordamiento-cruce) de la interacción entre el trabajo y la vida describe cómo las experiencias laborales se pueden trasladar de una persona a su vida hogareña y a los miembros de la familia.

La fatiga puede afectar el estado de ánimo y el bienestar sicológico con consecuencias negativas para la familia. En estudios se ha indicado que la fatiga se puede extender de los trabajadores a sus parejas, al limitar los recursos personales y el tiempo para ocuparse de las responsabilidades del hogar y la recuperación social.

Además, la afectación de las funciones intelectuales y la capacidad para tomar decisiones puede poner en peligro el desarrollo y la seguridad de las personas a cargo. Se ha establecido que el trabajo por turnos aumenta la probabilidad de separación o divorcio, en especial para padres que trabajan durante la noche y los resultados de desarrollo y escolares negativos para los niños.

Idealmente, el tiempo no laboral permite recuperarse del trabajo. Sin embargo, la recuperación insuficiente debido a responsabilidades hogareñas y de otro tipo puede empeorar la fatiga, lo cual lleva a los trabajadores a regresar a sus puestos de trabajo en un estado perpetuo, e incluso acumulativo, de fatiga.

Entonces, ¿qué se puede hacer para detener este ciclo? Dado que la fatiga puede provenir de una variedad de fuentes laborales y no laborales, se requiere un enfoque holístico multinivel para las estrategias de mitigación a nivel de la comunidad, el lugar de trabajo, el hogar y la persona. Se necesita de responsabilidad compartida entre los trabajadores, los empleadores y la comunidad para garantizar la salud y seguridad ocupacionales y públicas.

Comentario: la fatiga crónica es un detonante de deterioro de la salud del trabajador, es importante capacitar a los trabajadores en la importancia de las horas de sueño adecuadas que permitan una recuperación corporal y mental saludable, con ello prevenimos el error humano que es causa de accidentes de trabajo y que también es parte de la sintomatología relacionada al desarrollo de una enfermedad profesional por factor de riesgo ergonomico y psicosocial

https://www.cdc.gov/spanish/niosh/blog-sp.html

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