Historia del 28 de abril día mundial de la seguridad y salud en el trabajo

Desde 1996 se celebra el día 28 de abril el, entonces llamado Día Internacional en Memoria de los Trabajadores, Fallecidos y Heridos, actualmente Día mundial de la seguridad y la salud en el trabajo. Esta campaña anual pretende promover la prevención de accidentes en el trabajo y enfermedades profesionales en todo el mundo.
Desde su instauración en 2003 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, celebrado cada 28 de abril, ha evolucionado como un recordatorio fundamental sobre la importancia de la prevención en el ámbito laboral. Sin embargo, su origen se remonta a 1996, cuando la Confederación Internacional de Sindicatos (CSI) promovió una jornada de concienciación bajo el nombre de «Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos». Lo que comenzó como una fecha de duelo se transformó en un llamado a la acción para construir entornos laborales más seguros y saludables.
A lo largo de los años, este día ha servido para visibilizar diversas problemáticas y avances en la materia. En 2020, la atención se centró en el impacto de la pandemia de COVID-19 y la necesidad de protocolos para la contención de enfermedades en el trabajo. En 2024, el tema abordó un desafío cada vez más urgente: «Repercusiones del cambio climático en la seguridad y salud en el trabajo». El calentamiento global ha incrementado la exposición de los trabajadores a temperaturas extremas, enfermedades emergentes y riesgos derivados de desastres naturales, haciendo imprescindible la adaptación de las condiciones laborales a esta nueva realidad.
Para 2025, es probable que la OIT y otros organismos enfaticen la transformación digital y sus implicaciones en la seguridad laboral. La automatización, la inteligencia artificial y el teletrabajo han redefinido la manera en que trabajamos, pero también han generado nuevas problemáticas, como el estrés digital, la hiperconectividad y la falta de regulación en entornos virtuales. Asimismo, la transición energética y la implementación de tecnologías sostenibles en la industria requieren una actualización de normativas que garanticen la seguridad de los trabajadores en sectores emergentes.
En este contexto, la cultura de la prevención sigue siendo el pilar fundamental para reducir accidentes y enfermedades laborales. No basta con normativas; es necesaria una transformación estructural en las empresas, donde la seguridad deje de ser una obligación y se convierta en un valor intrínseco en la gestión organizacional. Solo así podremos aspirar a un mundo laboral más seguro, saludable y sostenible.
Este 28 de abril, no solo conmemoramos una fecha, sino que reafirmamos un compromiso colectivo con el bienestar de quienes hacen posible el progreso de nuestra sociedad: los trabajadores.
Según estimaciones recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aproximadamente 2.9 millones de trabajadores fallecen anualmente debido a accidentes y enfermedades laborales, lo que representa un aumento de más del 5% en comparación con 2015. Además, se estima que 395 millones de trabajadores en todo el mundo sufren lesiones laborales no mortales cada año.
Las principales causas de estas muertes laborales son enfermedades circulatorias, neoplasias malignas y enfermedades respiratorias, que en conjunto representan más del 75% de la mortalidad laboral total. Estas cifras subrayan la necesidad imperiosa de implementar medidas preventivas y fortalecer la cultura de seguridad en todos los sectores laborales.International Labour Organization
Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo 2025: hacia un entorno laboral resiliente
Cada año, el 28 de abril, la OIT conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, enfocándose en temas relevantes para el momento. Para 2025, se espera que la atención se centre en la transformación digital y sus implicaciones en la seguridad laboral. La automatización, la inteligencia artificial y el teletrabajo han redefinido la manera en que trabajamos, pero también han generado nuevas problemáticas, como el estrés digital, la hiperconectividad y la falta de regulación en entornos virtuales. Asimismo, la transición energética y la implementación de tecnologías sostenibles en la industria requieren una actualización de normativas que garanticen la seguridad de los trabajadores en sectores emergentes.
Conclusion
Las cifras presentadas evidencian la urgencia de adoptar medidas efectivas para mejorar la seguridad y salud en el trabajo a nivel mundial. Es esencial que gobiernos, empleadores y trabajadores colaboren en la creación de políticas y prácticas que promuevan entornos laborales seguros, saludables y sostenibles, adaptados a los desafíos contemporáneos y futuros.