La promoción de la salud mental se posiciona como una prioridad destacada en el ámbito de la prevención de riesgos laborales.
Información desde España. La Estrategia de Salud Laboral de Balears para el período 2023-2027 tiene como enfoque prioritario el cuidado de la salud mental, intensificando el control de los entornos psicosociales que puedan resultar perjudiciales para los trabajadores. Junto con la ergonomía, estos dos aspectos son considerados áreas fundamentales en materia de salud laboral, identificadas como necesidades de desarrollo destacadas que serán abordadas con prioridad en los planes de prevención de riesgos laborales en los próximos años.
El objetivo de esta nueva hoja de ruta es «reducir la siniestralidad y las enfermedades profesionales mediante un enfoque integral de la salud en los entornos laborales».
El último plan de trabajo logró reducir la siniestralidad en un 7,5% en comparación con 2019 y más del 20% desde 2017, mejorando las condiciones laborales en sectores altamente afectados como la construcción y la hostelería. El conseller destaca que «se ha profundizado especialmente en la seguridad laboral en sectores industriales, como equipos y agentes químicos, lo que ha permitido reducir la siniestralidad. Si uno visita una fábrica o una obra, verá que nada tiene que ver con lo que era hace diez años».
El creciente enfoque social en los problemas de ergonomía y entornos laborales psicosaludables se reflejará en el nuevo documento de planificación. «Estos son los dos aspectos que deben tener un mayor desarrollo en los próximos años, y esa es la hoja de ruta que estamos trazando todos juntos», señala Negueruela, haciendo hincapié en que «ya están contemplados en la normativa, pero ha faltado un mayor desarrollo tanto por parte de las empresas como de los organismos públicos».
En este sentido, se han abordado aspectos de ergonomía, que a menudo presentan un componente de género, a través de acciones como la implementación de camas ajustables para facilitar el trabajo de las camareras de piso. En cuanto a la salud mental, los equipos de psicosociología han brindado atención a 480 personas que han enfrentado riesgos laborales relacionados con este ámbito. Esta problemática también refleja una brecha de género significativa, ya que el 70% de las personas atendidas fueron mujeres (con una edad promedio de 44 años) y el 30% hombres (con una edad promedio de 47 años).
Se ha elaborado un documento que incluye 122 medidas agrupadas en siete objetivos estratégicos, muchas de las cuales se centran en la creación de entornos físicos y psicosociales saludables. Estas medidas comprenden programas de atención individualizada a los trabajadores y talleres formativos sobre una gestión positiva de los equipos de trabajo. Además, se buscará avanzar en el reconocimiento de las enfermedades profesionales relacionadas con la salud mental, establecer una Unidad de Enfermedades Profesionales en el IBASSAL con protocolos de colaboración específicos con las empresas y desarrollar proyectos de investigación sobre los efectos de la precariedad laboral en la salud mental, especialmente en términos de tiempo, ritmo y carga de trabajo.