Un control firme en la seguridad de la protección de las manos

Consejos para el almacenamiento adecuado, vida útil, uso y eliminación del equipo de protección personal de las manos. A pesar de los avances tecnológicos y de materiales en la fabricación de guantes de seguridad, las lesiones en las manos siguen siendo una de las principales causas de accidentes con baja laboral
En diversas industrias, las manos de los trabajadores están constantemente expuestas a peligros, como objetos afilados, temperaturas extremas, productos químicos tóxicos y maquinaria pesada. A pesar de los avances tecnológicos y de materiales en la fabricación de guantes de seguridad, las lesiones en las manos siguen siendo una de las principales causas de accidentes con baja laboral, lo que resulta en la mayor cantidad de casos de Días de Ausencia, Restringidos o Transferidos (DART), según el Consejo Nacional de Seguridad .
Si bien estos datos refuerzan la importancia de una protección adecuada para las manos, seleccionar el equipo de protección individual (EPI) adecuado para tareas específicas es solo una parte de una estrategia integral de seguridad en el trabajo. Tanto empleadores como trabajadores deben comprender la vida útil de los guantes de seguridad y saber cuándo reemplazarlos para mantener una protección óptima de las manos.
A continuación, exploramos los factores que afectan la durabilidad de los guantes, los diferentes signos de desgaste y las mejores prácticas para maximizar su longevidad.
El equilibrio entre seguridad y comodidad
¿Esos guantes están desgastados o recién usados?
Algunos guantes pueden volverse más flexibles y cómodos con el uso regular, ofreciendo mayor destreza al adaptarse a la forma de las manos del usuario. Sin embargo, es crucial distinguir entre los guantes que están acostumbrados y los que están empezando a deteriorarse. Si bien un par de guantes de seguridad bien ajustados puede mejorar la comodidad y la eficiencia, su capacidad para brindar una protección adecuada se ve comprometida una vez que aparecen signos de desgaste.
Los diferentes tipos de guantes se degradan de forma distinta según su material y uso. Por ejemplo, el contacto repetido con objetos afilados puede debilitar las fibras de los guantes resistentes a cortes, provocando deshilachados o pequeños desgarros que comprometen sus propiedades protectoras. De igual manera, la exposición regular a productos químicos agresivos puede causar hinchazón, agrietamiento o adelgazamiento de los guantes resistentes a productos químicos. En ocasiones, un guante que parece intacto puede, en realidad, permitir filtraciones que pueden poner en peligro al usuario.
En última instancia, deberá usar su mejor criterio. Busque indicadores de desgaste, como variaciones de color en el recubrimiento y el forro, áreas con abrasión superficial o agujeros evidentes en el guante. Dado que incluso una pequeña falla en la protección puede provocar accidentes, vale la pena tomarse un tiempo extra al comienzo de cada turno para inspeccionar sus guantes y asegurarse de que aún estén en buen estado. De lo contrario, deséchelos de inmediato.
Una mirada más de cerca a la vida útil de diferentes guantes de seguridad
La duración de sus guantes depende de varios factores, incluido el tipo de guante, el material de construcción, el uso, la frecuencia y la duración de su uso, y el cuidado que usted le da.
A continuación, se presenta una mirada más detallada a los tipos de guantes más comunes, su vida útil típica y los factores que impactan en la longevidad:
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Guantes desechables de nitrilo: Si se almacenan correctamente en un lugar fresco y seco, estos guantes pueden tener una vida útil de hasta cinco años. Sin embargo, la exposición prolongada al calor o la luz solar puede acelerar la degradación de los polímeros de nitrilo. Esto suele manifestarse como pérdida de elasticidad, decoloración, endurecimiento y disminución de la resistencia a la tracción. Recuerde no reutilizar nunca los guantes desechables para evitar la contaminación cruzada. Si entran en contacto con materiales peligrosos, reemplácelos lo antes posible.
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Guantes de cuero: Conocidos por su durabilidad, los guantes de cuero pueden servir a los trabajadores durante años si se mantienen adecuadamente. Sin embargo, la exposición al calor extremo, la acumulación excesiva de suciedad, mugre o productos químicos, y los ciclos repetidos de humedecimiento y secado pueden agotar sus aceites naturales, provocando rigidez, deformación y agrietamiento.
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Guantes de Kevlar: Si bien poseen una resistencia increíble, los guantes de Kevlar tienden a perder su eficacia después de unos 10 lavados, ya que el lavado frecuente debilita gradualmente las fibras protectoras. Recomendamos usar detergentes suaves con pH neutro, sin químicos agresivos ni oxidantes fuertes, junto con agua tibia (60-90 °C) en un ciclo delicado. El Kevlar también puede sufrir desgaste imperceptible, por lo que siempre debe seguir las instrucciones del fabricante y seguir un programa de reemplazo estricto.
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Guantes de goma y látex: Si bien estos guantes suelen tener una vida útil de aproximadamente tres años si se almacenan en condiciones óptimas, su vida útil real puede verse significativamente reducida por las mismas sustancias químicas contra las que están diseñados para proteger al usuario. Algunas sustancias pueden causar una degradación rápida, mientras que otras pueden tener un efecto más lento e insidioso. Por ejemplo, ciertos disolventes pueden disolver rápidamente el látex, mientras que otros pueden hacer que se hinche y debilite con el tiempo.
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Guantes de trabajo recubiertos: Los guantes con recubrimientos, como los de poliuretano o nitrilo, ofrecen mayor agarre y durabilidad, pero pueden desgastarse más rápidamente en entornos de alta fricción. Por ejemplo, el roce constante con bordes ásperos o afilados puede hacer que el recubrimiento se adelgace o se desprenda con el tiempo. Por otro lado, la exposición repetida a disolventes o productos químicos agresivos puede degradar o deslaminar el recubrimiento, reduciendo así sus propiedades protectoras.
Consulte siempre las instrucciones del fabricante sobre almacenamiento, uso, cuidado y reemplazo, ya que estas recomendaciones están diseñadas para maximizar la vida útil y el rendimiento de los guantes. Sin embargo, tenga en cuenta que las condiciones reales, como la exposición a entornos extremos, los riesgos específicos del lugar de trabajo y la frecuencia de uso, pueden afectar la vida útil y acelerar el desgaste. Por lo tanto, también recomendamos capacitar a los empleados sobre la inspección de los guantes, la identificación de signos de deterioro y la comprensión de cuándo es necesario reemplazarlos.
Mejores prácticas para programas de protección de manos
Maximizar la vida útil de los guantes de seguridad comienza con un almacenamiento adecuado y un mantenimiento constante. Aquí tienes algunos consejos:
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Almacenar en condiciones óptimas. Guarde siempre los guantes en un lugar fresco, seco y bien ventilado, alejados de la luz solar directa, temperaturas extremas y humedad. La exposición prolongada a estas condiciones puede degradar los materiales de los guantes y comprometer sus propiedades protectoras.
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Mantenga los guantes limpios y secos. Esto es especialmente importante para los guantes de cuero o tela, que pueden deteriorarse más rápidamente si se dejan húmedos con frecuencia. Para los guantes no desechables, siga las instrucciones de cuidado del fabricante para minimizar el desgaste.
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Rotar el inventario de EPI. Implementar un sistema de «primero en entrar, primero en salir» para garantizar que los guantes más viejos se utilicen antes de que expiren su vida útil. Esta práctica evita que los guantes queden sin usar y se degraden durante el almacenamiento.
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Establezca un programa de distribución y lavado de guantes. Implemente un programa rutinario para la entrega de guantes nuevos y la recogida de los usados para su correcta limpieza o eliminación. Un sistema de rotación constante de guantes garantiza que los trabajadores siempre tengan acceso a EPI limpio y funcional; también puede ayudar a prevenir el desgaste prematuro causado por un lavado inadecuado o un uso excesivo.
La primavera ofrece la oportunidad perfecta para que empresas y particulares revisen su inventario de EPI y reemplacen los guantes obsoletos o dañados. Para reducir la carga administrativa, considere asociarse con un proveedor para coordinar entregas periódicas. Estos acuerdos suelen adaptarse a patrones de uso y tipos de guantes específicos, automatizando así la reposición y garantizando que los empleados siempre tengan a su disposición el EPI adecuado.